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Cuba: el contexto socioecon贸mico en 2021Ricardo Torres
Abstract: La econom铆a cubana ha crecido lentamente por mucho tiempo, y desde mediados de la d茅cada pasado enfrenta otro ciclo de ralentizaci贸n y recesi贸n. La desigualdad ha crecido, y la reforma, si acaso, fue m谩s efectiva conteniendo el gasto social que revitalizando la econom铆a. Los profundos cambios socioecon贸micos no han sido correspondidos adecuadamente con modificaciones en el modelo econ贸mico y pol铆tico. El duro impacto de la pandemia tiene lugar sobre una econom铆a ya debilitada, y una sociedad estratificada. La base material del bienestar se ha resentido sensiblemente. Las condiciones objetivas estaban creadas para la ruptura del 鈥渃onsenso鈥 y el advenimiento de una era de mayor inestabilidad interna. Ahora la reforma econ贸mica solamente no ser谩 suficiente.
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Una crisis de largo recorrido con huellas visibles en el tejido socioecon贸mico
La discusi贸n sobre crisis econ贸mica en Cuba tiene varios matices e interpretaciones. Una opini贸n muy com煤n entre la ciudadan铆a es que, de cierta manera, el pa铆s ha vivido una emergencia permanente desde inicios de la d茅cada de los noventa. Para muchas familias, el denominado 鈥淧er铆odo Especial鈥 no es algo que qued贸 atr谩s a partir de 1995, ni siquiera durante la ef铆mera bonanza del despegue de la venta de servicios m茅dicos.聽
El colapso econ贸mico posterior a 1990 cambi贸 de forma notable el contorno de la sociedad cubana. En a帽os recientes se ha conformado un cuadro socio-estructural donde se evidencia un proceso de heterogeneizaci贸n social, que exhibe diferencias en cuanto a la propiedad, los ingresos y el tipo de trabajo de los individuos (Espina y Echevarr铆a 2020).
Si bien el PIB creci贸 ininterrumpidamente (tasas anuales) hasta 2018, la transformaci贸n de la estructura econ贸mica reprodujo problemas hist贸ricos, y ha a帽adido otros nuevos que han continuado afectando negativamente el desempe帽o en a帽os recientes. Aunque la oferta exportable se diversific贸, todav铆a contin煤a concentrada en pocos productos. Los rubros emergentes han generado mayores rentas, pero tienen encadenamientos muy d茅biles con la econom铆a dom茅stica. El turismo nunca ha logrado el arrastre que tuvo la agroindustria ca帽era, y los servicios m茅dicos apenas conectan con otras ramas de la producci贸n y los servicios. A nivel territorial, la actividad tur铆stica se ha concentrado en algunos 鈥減olos鈥, mientras que todas las provincias ten铆an centrales azucareros. Asimismo, otra vez una parte creciente de los intercambios externos se ubic贸 bajo el paraguas de acuerdos pol铆ticos, volviendo a concentrar el comercio en pocos pa铆ses, espec铆ficamente Venezuela y China.
La t铆mida apertura bajo la administraci贸n de Barack Obama y el inter茅s por la nueva etapa del 鈥渃uentapropismo鈥 a partir de 2010, propiciaron un incremento notable del env铆o de dinero desde el exterior. Estos recursos constituyen una parte sustancial del ingreso total de muchas familias, y son tambi茅n una fuente de capital semilla para el establecimiento de nuevos emprendimientos. Las remesas, y los derrames del turismo (propinas e ingresos directos del sector privado) son captados en una segunda etapa a trav茅s del comercio minorista y el control del sistema bancario-financiero. Aun as铆, los hogares son los receptores directos, lo que les otorga una gran capacidad de agencia en su uso y distribuci贸n. El hogar t铆pico cubano es menos dependiente del Estado que a fines de los ochenta.
Por otro lado, la inversi贸n extranjera, el cr茅dito externo e incluso la cooperaci贸n internacional, si bien son flujos controlados por las autoridades y ejecutados por entidades estatales, tienen determinantes que van m谩s all谩 de las prioridades establecidas por el gobierno o el propio ciclo econ贸mico. En gran medida, responden a fuertes condicionantes vinculadas con las percepciones sobre las perspectivas de la econom铆a, la confianza en las instituciones, la estabilidad pol铆tica y la capacidad de pago. En el caso concreto de Cuba, estas percepciones est谩n fuertemente asociadas con los progresos de la 鈥渁ctualizaci贸n鈥, principal eje de transformaci贸n de la Isla en la 煤ltima d茅cada. En este lapso los pron贸sticos se movieron desde el optimismo (aupado por el acercamiento con Estados Unidos) hacia un evidente pesimismo y malestar con el rumbo de la 鈥渞eforma鈥, y, sobre todo, con los escasos resultados concretos.聽
En otro giro desfavorable, los datos oficiales indican que la tasa de actividad econ贸mica (corresponde a la proporci贸n de la poblaci贸n en edad laboral que tiene un empleo o esta buscando trabajo) descendi贸 m谩s de diez puntos entre 2009 y 2017, para luego recuperarse solo parcialmente. En este 煤ltimo per铆odo los n煤meros mejoran en el contexto de una reducci贸n de la poblaci贸n en edad laboral, resultado de la emigraci贸n y otras variables demogr谩ficas. Sin embargo, las estimaciones de la Organizaci贸n Internacional del Trabajo (OIT) son m谩s conservadoras, reflejando que solo un 55 por ciento de los ciudadanos en edad laboral forma parte de la poblaci贸n econ贸micamente activa (PEA), uno de los guarismos m谩s bajos en Am茅rica Latina.
En esencia, los aspectos comentados anteriormente conforman una estructura econ贸mica que se caracteriza por un alto grado de dependencia externa que incide sensiblemente sobre el desarrollo econ贸mico; y el alto riesgo que domina las relaciones econ贸micas internacionales. Al mismo tiempo, la dependencia se ha trasladado a los hogares. Algunas de las actividades m谩s din谩micas para el ingreso de las familias cubanas descansan en flujos transnacionales. Varias d茅cadas de emigraci贸n y el aumento de la movilidad internacional se empiezan a reflejar en flujos monetarios y de mercanc铆as.聽
A falta de un modelo de redistribuci贸n atemperado a otro contexto estructural, el menor control sobre el empleo y los ingresos en divisas; junto al estancamiento en t茅rminos reales de los recursos dedicados a los servicios sociales desde 2010 (Cuadro 1), implican que el Estado deja de ser el garante de la equidad. La distribuci贸n de la riqueza en esta nueva estructura depende de otros factores socioecon贸micos, los que hist贸ricamente en Cuba han tendido a reproducir inequidades.
Un nuevo ciclo de estancamiento y recesi贸n鈥
La ralentizaci贸n de la actividad productiva que comienza en 2014 se se verifica en primera instancia en las cifras del sector externo. Aunque en este lapso se incluye el per铆odo de reconstrucci贸n parcial de los v铆nculos diplom谩ticos y pol铆ticos con Estados Unidos; ello no impidi贸 el deterioro progresivo de las condiciones de la econom铆a cubana. Si acaso, lo retras贸 o enmascar贸.
El an谩lisis del contexto externo indica que este se fue endureciendo progresivamente, a partir de una serie de factores como el declive de la econom铆a de Venezuela, los cambios pol铆ticos en Brasil, Ecuador y Bolivia; la reversi贸n casi total de la apertura de Obama bajo la administraci贸n de Donald Trump; menor flexibilidad de la parte china en los v铆nculos comerciales y financieros con ese pa铆s; y m谩s recientemente la posici贸n plasmada en las negociaciones con el grupo de acreedores del Club de Par铆s; junto al inter茅s de otros acreedores del Club de Londres en encontrar un soluci贸n para los adeudos pendientes.聽
Las cifras del Cuadro 1 dan cuenta de una desaceleraci贸n generalizada de la actividad productiva, con un elevado grado de sincron铆a. Las reducciones observadas en las exportaciones e importaciones son de magnitudes desconocidas desde comienzos de la d茅cada de los noventa. Los niveles importaciones a precios constantes son los m谩s bajos en por lo menos doce a帽os, mientras que los servicios individuales provistos por el gobierno no alcanzaban niveles tan reducidos desde 2006. El consumo de los hogares en el mercado se ubica en vol煤menes similares a 2014. Este panorama tomado en su conjunto permite dar cuenta del nivel de un empeoramiento de las condiciones materiales en los hogares, cuya magnitud supera lo que muestran indicadores como el producto interno bruto. Ello en un contexto de mayor desigualdad y sin los amparos anteriores de la pol铆tica social. A ello habr铆a que agregar el hecho de que el descenso en la calidad de los servicios p煤blicos no se capta adecuadamente en las cifras de las cuentas nacionales.聽
Llama la atenci贸n que este ciclo contiene un aspecto que lo diferencia de etapas precedentes. La contracci贸n del consumo se ve reforzada por la elevada din谩mica que han mostrado las inversiones, particularmente las que se relacionan con la construcci贸n inmobiliaria-hotelera, y en menor medida las de infraestructura, una parte de las cuales se ha concentrado en la Zona de Desarrollo Especial del Mariel. La construcci贸n de hoteles ha mantenido un ritmo creciente a pesar de que desde 2017 se ha venido reduciendo el nivel de ocupaci贸n, y la pandemia de la COVID-19 redujo a niveles 铆nfimos la llegada de visitantes for谩neos.聽
El descenso en la producci贸n ha estado acompa帽ado por un deterioro de indicadores macroecon贸micos claves, como el d茅ficit fiscal, la inflaci贸n y el tipo de cambio. El tipo de cambio en el mercado informal habr铆a pasado de un equivalente a 23 pesos por USD en julio de 2019, a mas de 65 pesos por unidad de la moneda norteamericana en septiembre de 2021. El 铆ndice de precios (IPC) calculado por la ONEI indica que estos se incrementaron 18 por ciento en 2020, y 62 por ciento en los primeros ocho meses de 2021 (ONEI 2021). Sin embargo, en ambos casos pueden existir subvaloraciones sustanciales. La raz贸n estriba en que, debido a la creciente escasez de productos b谩sicos, estos alcanzan precios mucho mas elevados en el mercado informal, que tiende a estar poco representado en el calculo de este 铆ndice. En la pr谩ctica, las familias tienen que acudir a este para acceder a ciertos productos, que no se encuentran disponibles en otros circuitos. Lamentablemente, en 2021 los precios crecieron tanto por la implementaci贸n del 鈥渙rdenamiento monetario鈥 como por la crisis econ贸mica, lo que ha desatado una espiral inflacionaria en la Isla. Es bien conocido que la inflaci贸n tiene efectos regresivos en la distribuci贸n del ingreso.聽
Las tendencias del 脥ndice de Desarrollo Humano
Uno de los indicadores m谩s recurridos e internacionalmente reconocidos para analizar las tendencias de largo plazo del desarrollo, es el 脥ndice de Desarrollo Humano calculado anualmente por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el informe del a帽o 2020, Cuba se ubica en el puesto 70 dentro de 189 pa铆ses, en la categor铆a de 鈥淒esarrollo Humano Alto-DHA鈥. Este resultado posiciona a la Isla en el noveno lugar en el escalaf贸n de Am茅rica Latina y el Caribe (ALC) y puede catalogarse de muy bueno, considerando todo el conjunto de circunstancias 煤nicas que rodean el desarrollo cubano.聽
No obstante, un an谩lisis m谩s atento deja entrever una evoluci贸n bastante menos favorable en la 煤ltima d茅cada, lo que tiene una relaci贸n directa con la percepci贸n de los cubanos en general, y los j贸venes en particular, sobre el progreso y sus perspectivas en Cuba. Las consideraciones siguientes se agrupan en torno a cuatro elementos principales.聽
El primero, si bien en t茅rminos absolutos, el pa铆s caribe帽o exhibe avances en el 铆ndice global y sus tres dimensiones (la salud, la educaci贸n, y el est谩ndar de vida) desde 1990, el progreso ha sido m谩s lento que en todos los grupos comparables (mundo, ALC y DHA). Como consecuencia, las amplias ventajas en educaci贸n y salud que exhib铆a Cuba 30 a帽os atr谩s se han estrechado notablemente; mientras que la brecha hist贸rica en ingreso se ha ampliado todav铆a m谩s. La intensificaci贸n del contacto con el exterior sugiere que esas tendencias pueden sostener una percepci贸n de empeoramiento de las condiciones de vida y paralizaci贸n del desarrollo. Adem谩s, entre 2010-2019 el valor del IDH se estanc贸 completamente, lo que implica necesariamente un deterioro relativo respecto a la mayor铆a de otros pa铆ses que mantuvo el ascenso, aun en medio de una amplia dispersi贸n internacional.聽
En segundo lugar, esa trayectoria se consigue en el contexto de una sociedad cuyos niveles de desigualdad han aumentado sostenidamente. Si bien el IDH ha introducido una metodolog铆a para recalcular el indicador global teniendo en cuenta la desigualdad, lamentablemente la ausencia de datos le han impedido incorporar el ajuste para el caso cubano. Este es un aspecto para tener en cuenta, porque los escasos datos disponibles sugieren un aumento significativo de la inequidad, lo que a su vez explicar铆a el hecho de que ciertos grupos y comunidades han quedado marginados incluso de las modestas tasas de crecimiento econ贸mico conseguidas; y por otro lado sufren desproporcionadamente los impactos de crisis como la asociada a la pandemia de la COVID-19.聽
El debate sobre desigualdad y equidad suele ser 谩lgido en Cuba. La reducci贸n de la desigualdad hasta los a帽os noventa es un logro acreditado a la Revoluci贸n Cubana. Sin embargo, los mayores problemas est谩n asociados a la escasez de datos comparables internacionalmente para determinar d贸nde se ubica la Isla en la actualidad. Las pocas estad铆sticas disponibles indican que el 铆ndice de Gini habr铆a evolucionado desde un 0.22 en 1989 (Brundenius 1990), pasando por un 0.41 en 1999 (Monreal 2017) hasta un 0.45 alrededor de 2018 (Rodriguez 2019). La mayor铆a de los expertos estar铆an de acuerdo en que la desigualdad de ingresos ha aumentado sostenidamente, y que los ingresos monetarios determinan una proporci贸n creciente del consumo total. Ello a pesar de que la universalidad y gratuidad de los servicios sociales b谩sicos suaviza el impacto de esta evoluci贸n (Echevarr铆a, Gabriele, y otros 2019). Aunque ya de manera muy parcial.聽
Un tercer aspecto es que los indicadores relativos a la educaci贸n y la salud se verifican en un contexto en el que se aprecia un deterioro de su calidad, junto a problemas de acceso a estos por parte de grupos y comunidades vulnerables (Echevarr铆a, Equidad y Desarrollo: oportunidades y retos para Cuba 2016) .
Por 煤ltimo, diversos expertos han documentado inconsistencias en el enfoque aplicado para la medici贸n del ingreso en el caso cubano, habida cuenta de las limitaciones que supone el c谩lculo del Ingreso Bruto Disponible en paridad de poder adquisitivo. Algunos c谩lculos que usan metodolog铆as alternativas sugieren que las cifras que usa el PNUD en la estimaci贸n del IDH para Cuba est谩n sobrestimadas, y muestran grandes variaciones a lo largo de una serie incompleta (Mesa-Lago 2020). Como consecuencia, la posici贸n en el escalaf贸n ser铆a algo m谩s baja.
Los problemas coyunturales
La emergencia de salud derivada de la COVID-19 ha tenido implicaciones econ贸micas para todos los pa铆ses, pero su impacto no es sim茅trico. Durante 2020, la Isla enfrent贸 el choque externo negativo asociado a la COVID-19, con una actividad productiva debilitada por la acumulaci贸n de problemas dom茅sticos, el enrarecimiento del entorno externo y desastres naturales. El impacto de esta emergencia llega por m煤ltiples canales.
La contracci贸n econ贸mica en los principales centros econ贸micos tira hacia abajo la demanda externa. Entre los 12 principales socios comerciales de Cuba, solo China tuvo crecimiento positivo en 2020. M谩s de las dos terceras partes de las exportaciones tienen que ver directamente con la salud y las personas (servicios m茅dicos, medicamentos, turismo), por lo que han sido duramente afectadas por la reducci贸n de la movilidad internacional.
El modelo de venta de servicios de salud basado en el env铆o de profesionales despeg贸 a partir de 2005 en el mercado venezolano. Desde sus inicios, se ha basado en acuerdos intergubernamentales. 聽En a帽os recientes ha sido objeto de cr铆ticas por gobiernos y organizaciones con enfoques diversos聽(Recio 2020);聽(Farber 2020). El turismo es una actividad fundamental para la Isla. Y lo es tambi茅n para muchos hogares y peque帽os negocios. El cierre de las fronteras ha sido devastador. Cada mes de cierre representa una p茅rdida de unos 140 millones de d贸lares. En 2020, el n煤mero de visitantes se redujo un 75 por ciento, lo que representa un retroceso a los niveles de 1997. Hasta julio de 2021 hab铆an viajado unos 141 mil turistas extranjeros, el 5 por ciento de los niveles de 2019.聽
El cierre de fronteras tambi茅n afecta severamente la importaci贸n individual de mercanc铆as, uno de los canales de suministros usados por muchos emprendimientos. Desde 2013, Panam谩, M茅xico, Guyana, Estados Unidos, Hait铆 y Rusia se han convertido en destinos muy populares. Se ha estimado que las compras totales se situaban entre 1 500-2 000 millones de d贸lares anuales (The Havana Consulting Group 2021). Entre 2013 y 2019, los viajes de cubanos residentes en la Isla al exterior se incremento mas de dos veces y media.聽
Tradicionalmente se ha considerado que los emigrados cubanos son muy fieles a sus familias, pero el desempleo masivo en EEUU, donde vive la inmensa mayor铆a de esa di谩spora, tendr谩 un impacto indiscutible. Por ejemplo, The Havana Consulting Group (una empresa de consultor铆a de negocios basada en Miami enfocada en la econom铆a cubana) calcula ca铆das de entre 20-30% en los flujos (The Havana Consulting Group 2021) . Los canales informales tambi茅n se han visto afectados por el cierre de los aeropuertos durante varios meses.
El panorama anterior se completa con los efectos derivados de las medidas restrictivas implementadas para el control de la COVID-19. Habr铆a que se帽alar que el impacto del confinamiento y otras medidas de corte similar es asim茅trico a lo largo de la econom铆a. En ese sentido, el efecto m谩s severo se nota sobre el sector de los servicios, que dependen desproporcionadamente de la interacci贸n y el desplazamiento de las personas.聽
En el primer semestre de 2021, el desempe帽o de las ramas fundamentales ha quedado muy por debajo de las previsiones, aunque algunos renglones como el n铆quel y los servicios de telecomunicaciones exhiben un buen comportamiento. De acuerdo con las autoridades, el PIB de Cuba se contrajo un 2 por ciento hasta al cierre de junio de 2021. Ello extiende la ca铆da de la econom铆a a ocho trimestres consecutivos, contados desde el tercer trimestre de 2019. El inicio de la recuperaci贸n del turismo no se materializ贸 y la zafra azucarera tiene el peor resultado en m谩s de un siglo.
Los datos divulgados sobre las inversiones impiden determinar la din谩mica de las mismas, debido a la inexistencia de una base uniforme de comparaci贸n luego de la reforma cambiaria. Sin embargo, se refuerzan dos tendencias recientes. La Habana ahora representa el 70% del total, mientras que los proyectos inmobiliarios (esencialmente asociados al turismo) alcanzan la mitad de lo invertido.
La evoluci贸n de la situaci贸n sanitaria tambi茅n ha sido desfavorable, lo que compromete la recuperaci贸n. Desde mediados de enero se han venido reforzando las restricciones para contener el peor rebrote desde el comienzo de la pandemia. Durante 2021, cada mes ha sido peor al anterior. En todo 2020, los casos acumulados llegaron a 12 056 infectados con la COVID-19. Sin embargo, entre enero y julio de 2021, esa cifra se multiplic贸 por doce, y alcanz贸 casi un mill贸n de casos en total a fines de octubre de 2021. Ello en medio de una aguda escasez de medicamentos, y el visible colapso del sistema de salud en determinadas provincias del pa铆s. La Isla ha logrado producir sus propias vacunas, pero el inicio de la inmunizaci贸n masiva no lleg贸 a tiempo para impedir el impacto de la variante Delta. Entre mayo y agosto de 2021, Cuba ha tenido algunas de las peores cifras en las Am茅ricas y el mundo.聽
La reforma monetaria y cambiaria, hacia fines del primer semestre, no ha mejorado el ambiente macroecon贸mico y de negocios general, como consecuencia de errores de dise帽o e implementaci贸n junto a la pasividad a la hora de impulsar reformas estructurales relativas a la empresa estatal, y el sector privado. De acuerdo a la ONEI, hasta agosto los precios hab铆an crecido como promedio un 63% respecto a 2020, pero se habr铆an casi duplicado para los alimentos, y casi triplicado para el transporte.聽
Adicionalmente, durante 2021 se agudizaron las tensiones en la red el茅ctrica nacional. La combinaci贸n de la posposici贸n de mantenimientos, escasez de piezas de repuesto y combustible, determinaron un aumento de los muy 鈥渋mpopulares鈥 cortes de electricidad (apagones). Los cortes se han extendido por hasta 8-10 horas como promedio diario en algunas zonas, con reportes de lapsos mayores debido a aver铆as imprevistas. La percepci贸n de la ciudadan铆a es que la distribuci贸n no es homog茅nea entre las zonas del pa铆s. Algunos barrios de La Habana son mas protegidos que varias provincias del interior, por ejemplo.聽
Las autoridades hab铆an establecido una meta de crecimiento de 6% en 2021, y un pron贸stico similar para 2022, con el objetivo de recuperar los niveles de actividad de 2018 (en 2019 el PIB se contrajo un 0,2%). Sin embargo, los resultados obtenidos en la primera mitad del a帽o indican que esa meta no ser谩 cumplida. Los escenarios posibles dependen cr铆ticamente del inicio de la recuperaci贸n del turismo internacional, el control de la pandemia asociado a la vacunaci贸n masiva, y el relajamiento de algunas sanciones desde Estados Unidos, vinculadas con remesas y viajes.聽
El costo pol铆tico de la par谩lisis de la reforma
Ya hace una d茅cada que la reforma econ贸mica fue aceptada al m谩s alto nivel pol铆tico, al menos nominalmente, pero su implementaci贸n fue de mal en peor. En el VI (2011) y VII (2016) Congresos se adoptaron unos documentos que deb铆an servir de base para la transformaci贸n del modelo econ贸mico. Contra todo pron贸stico, desde 2016 pr谩cticamente no se implement贸 nada nuevo sino hacia finales de 2020, cuando las autoridades ya estaban sobrepasadas por la crisis econ贸mica. Si se intent贸, entre 2017-2018, retroceder en 谩reas de amplia resonancia en la ciudadan铆a, como el trabajo por cuenta propia.
Pocas reformas son m谩s urgentes y justificadas que la cubana. No es un secreto que el modelo cubano ha fallado por d茅cadas en conseguir un desempe帽o econ贸mico decente. Los breves lapsos de dinamismo econ贸mico han estado asociados a una generosa compensaci贸n externa. Fue as铆 en algunos a帽os del acompa帽amiento sovi茅tico, y como resultado del ef铆mero impulso de las exportaciones de servicios m茅dicos a Venezuela. Conseguir una econom铆a productiva incrementar铆a notablemente las posibilidades de mantener la independencia del pa铆s y aumentar铆a el costo de las sanciones econ贸micas de Estados Unidos.
La reforma econ贸mica se estanc贸 como consecuencia de rezagos ideol贸gicos, el c谩lculo pol铆tico, los fuertes intereses creados, y la escasez de personal t茅cnico capaz en el sector p煤blico. Ya desde principios de siglo, la reticencia de hacer los cambios dom茅sticos necesarios llev贸 a ubicar otra vez una parte mayoritaria del comercio exterior bajo acuerdos pol铆ticos. Los problemas econ贸micos de Venezuela se traducen ahora en un pasivo para la Isla. Ciertos c铆rculos conservadores han sido muy h谩biles usando los espacios y la legitimidad de instituciones p煤blicas para criticar, a veces solapadamente, la reforma econ贸mica. Eso s铆, sin ofrecer otra alternativa que el modelo actual y la resistencia, t茅rminos que tienen cada vez menos eco en vastos sectores de la sociedad cubana, particularmente en los j贸venes. No resulta tan extra帽o que, ante la falta de avances en Cuba, los emigrados recientes hayan sido una de las bases m谩s s贸lidas de las pol铆ticas de mano dura adelantadas por la administraci贸n de Donald Trump.
Los errores y omisiones anteriores se han exacerbado por las complejidades del cambio pol铆tico. La mayor铆a de los factores estructurales que explican los rasgos generales del modelo cubano han cambiado radicalmente: liderazgo pol铆tico basado en carisma y legitimidad proveniente de la historia; la existencia de socios externos capaces de ofrecer ayuda econ贸mica generosa; relativa homogeneidad de la poblaci贸n cubana a cuenta de la reducida desigualdad e ideolog铆a dominante; y aislamiento econ贸mico relativo del resto del mundo como consecuencia de las sanciones de Estados Unidos.聽
Las tendencias descritas en el ensayo dan cuenta de una transformaci贸n profunda de la econom铆a y la sociedad cubanas desde comienzos de los noventa, que se expresan en primera instancia en las familias, sus prioridades y proyectos de vida para hacer frente a un contexto hostil. La 鈥渁ctualizaci贸n鈥 pod铆a haber sido el camino para conseguir atemperar el modelo cubano a estar nuevas condiciones. Su fracaso sugiere que la brecha se ha ahondado.聽
Conclusiones
El d茅bil crecimiento econ贸mico y la acumulaci贸n de deudas sociales apuntan hacia el sostenido deterioro de las bases materiales del bienestar. Esto va m谩s all谩 de las perdidas asociadas al cataclismo del COVID-19, o incluso las ultimas sanciones de la administraci贸n de Trump, sino que se puede identificar un proceso de largo recorrido de empeoramiento de estas condiciones. Adicionalmente, los problemas econ贸micos afectan m谩s a ciertos grupos y comunidades, los denominados 鈥渂arrios鈥 hospedan a algunos de los sectores m谩s humildes de la sociedad cubana.聽
En un contexto de aumento tendencial de la desigualdad econ贸mica, la 鈥渁ctualizaci贸n鈥 fue m谩s efectiva en la contenci贸n del gasto social, que, en la mejor铆a de la din谩mica econ贸mica, lo que contribuy贸 a ahondar brechas hist贸ricas. La transnacionalizaci贸n de los hogares cubanos los hizo vulnerables a la s煤bita interrupci贸n de los flujos financieros y los viajes como consecuencia de las medidas coercitivas en Estados Unidos y el COVID 19. La expansi贸n de la econom铆a informal refuerza las tendencias anteriores y acent煤a la desprotecci贸n del empleo. A su vez, niega recursos fiscales necesarios para corregir estos desequilibrios. En este escenario, los instrumentos y recursos paliativos al alcance del Estado cubano son inadecuados e insuficientes.
En 2021, Cuba ha vivido una tormenta perfecta, en t茅rminos econ贸micos. Sus fuentes tradicionales de ingresos se han visto menguadas, la reforma que no ocurri贸 a tiempo no ha podido madurar, las sanciones de Estados Unidos se han incrementado, la COVID 19 ha producido estragos, y el entorno externo es extremadamente adverso. Los efectos visibles de este contexto -escasez, apagones- ahora encuentran terreno f茅rtil en una nueva generaci贸n para la que los 鈥渓ogros鈥 de la Revoluci贸n se han difuminado o son ya casi imperceptibles. El reto de la recuperaci贸n econ贸mica ahora choca con un escenario interno de mayor inestabilidad pol铆tica. Desafortunadamente, el sistema pol铆tico cubano no se encuentra bien habilitado para atender estas exigencias.聽聽
Referencias
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